viernes, 13 de julio de 2007

La minería, la comunicación, la sociedad

Desde que las campañas son campañas, suele ser ese carácter volátil tan propio de su naturaleza algo que suele molestar.No debería. Se trata de la exaltación en su punto máximo de ebullición del derecho a la expresión, aunque eso signifique encontrar ópticas saturadas por los prismas partidarios o sectoriales. Siempre se prefiere su presencia en altas dosis, antes que su ausencia absoluta.Cuenta regresiva para ese tiempo, que suele ofrecer cataratas de inquietudes. Amplificadas o no. Desbordadas o no. Ejercicio de libertad, al fin.Suelen no dejar títere con cabeza las campañas. Jaime Durán Barba, el consultor político ecuatoriano de Macri, se sorprendió sobre cómo la seguridad obtiene una ponderación de tan alto valor en la ciudadanía porteña y nacional comparado con los índices de la región (México, Colombia, Brasil), cuando su candidato llegó donde llegó a caballo de ese debate.Es natural, en consecuencia, que el ojo ciudadano se detenga en estos valles sobre la conveniencia o no de recibir a la actividad minera. Y aquí, en este punto, resulta conveniente separar la paja del trigo.No hace falta buscar demasiado sobre las prestaciones económicas y sociales que impactan en la gente. Incluso, en la chance que ofrece la actividad minera de nivelar la inequivalencia regional, ahora que la falta de decisión por enfrentar este debate político borró del horizonte en La Rioja y Mendoza el desarrollo minero a gran escala.Desde hace años, el gobernador Gioja recita con lógica lo que resulta con sólo una mirada por arriba de la geografía local: No están estas montañas que tapizan el 90% del terreno precisamente para sembrar soja. Y por lo tanto, la búsqueda de la riqueza debería encontrar algo más acorde, como la industria minera. Lo que entendieron hace años los países enteros sometidos al mismo designio del destino. En los Andes, en los Alpes, en las Rocallosas.Desde hace años, nuca como ahora en estas vísperas electorales surge un debate sobre su conveniencia. Algo tarde, es cierto, desde que existen en funcionamiento o en las puertas inminentes varios emprendimientos atrapados al medio.Pero hubo algo que cambió en estos días. Dos semanas atrás, José Luis Gioja salió a plantear lo que surge como evidencia desde hace un tiempo: su soledad al momento de ponerle el cuerpo al debate, especialmente en un marco de intereses que va mucho más allá que el gubernamental.Hay empresas, y a ellas fue dirigida la petición. Hay gente, mucha, que obtuvo empleo bien remunerado y en blanco tanto en las grandes y pequeñas compañías como en otras tantas que pudieron marcar un desarrollo diferente proveyéndole todo tipo de insumos y servicios.Con semejante cuadrilla de beneficiarios, al gobierno le costó en este tiempo encontrar razones por las cuales tuviera que encontrarse solo en la defensa de la actividad. Con las empresas grandes y chicas entronizando el bajo perfil y la comunidad asistiendo expectante.Parece razonable la búsqueda oficial, de sólo contemplar la tracción en la economía general que generó la minería. Desde su responsabilidad por establecer las políticas públicas y el efecto en el bolsillo, el ingreso y el empleo de los que debe convertirse en guardián. Ahora, acaba de empezar a declararse demasiado sólo y con demasiado capital para perder.La cosa viene cambiando en los últimos meses. La Rioja y Mendoza decidieron prohibir la actividad metalífera a cielo abierto, bajo circunstancias políticas. El caso riojano, como saldo principal del enfrentamiento Maza-Beder Herrera. El caso mendocino, bajo la resistencia del gobernador Cobos a tener que enfrentar otra resistencia popular que no sea la de la seguridad.Ambos hechos conjugados marcaron un punto de partida a la ilusión de algunos sectores por establecer el mismo debate en San Juan. Por caso, el candidato a gobernador Roberto Basualdo, quien anuncia un proceso de revisión.Basualdo eligió como candidato a intendente en Sarmiento a un empresario allegado a la actividad minera. De la cal, pronuncia como atenuante. Aunque la industria calera merezca una preocupación equivalente sobre los efectos contaminantes que produce -como cualquier otra industria-, requiera una minería metalífera previa para elaborar sus instrumentos y esté destinada en buena medida a abastecer la industria...del oro y el cobre.En el mismo evento en que Gioja pidió apoyo a la gente y a las empresas, un dirigente de las empresas mineras que operan en Mendoza cuyo nucleamiento avanza hacia la disolución, también llamó la atención para que no se reproduzca en San Juan el mismo efecto que en su provincia.Y paralelamente, comenzaron a aparecer grupos de militancia anti minera en las calles. Son pocos, pero hacen sentir un enojo por lo que consideran alguna obstrucción de parte de los medios a su libertad de expresión.Frente a este cuestión, es conveniente realizar algunas observaciones. La primera, que el requerimiento tiene también sus exigencias: que sean sectores representativos de un sector importante de la comunidad, y que la expresión se realice con buenos modales.La segunda, que este medio ofrece desde que el debate cayó en la mesa una clara vocación por escuchar y comunicar todas las posiciones, reservándose su posición para los espacios editoriales. Entre ellas, es lógico, las de los sectores opuestos a la actividad minera. Para repasar:

- La inquietud por la invasión de la actividad minera en el espacio declarado como reserva de la biósfera, en Iglesia, fue título de tapa.

- Las acciones sociales y judiciales de la Fundación de Ciudadanos Independientes (FUCI), no dejan de ocupar espacio en estas páginas.

- También las marchas y manifestaciones en la vía pública, como la que fue convocada en Calingasta.

- Igual para los dirigentes políticos que se pronuncian en contra de la actividad, como el intendente calingastino José Ibazeta o Roberto Basualdo.

- Aparecen extensas entrevistas a actores sociales, como Silvia Villalonga y recientemente Daniel Sabsay. Hasta hubo intentos incesantes para contar con el testimonio de la secretaria nacional de Medio Ambiente, Romina Picolotti: si no apareció fue porque no quiso.

- Se informó al detalle lo que ocurrió en La Rioja y Mendoza.

- Se informa de manera habitual el problema del agua en Jáchal. Sin extraer las mismas conclusiones que los grupos anti mineros porque no existen indicios serios para sospechar que el problema resulte la actividad minera.

Ahora, empresas y gente amagan con la lanza a favor de la actividad. Al final, los ciudadanos se expresan en las encuestas: una amplia mayoría apoya a la minería, así como hoy se está desarrollando en San Juan. Y aunque sean más, se hacen sentir menos.
http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=229837

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