martes, 1 de julio de 2008

La retirada de Alexander Gold, un duro golpe a la minería de Salta

La multinacional minera "Alexander Gold" acaba de confirmar el abandono de su proyecto de explotar, con la mas avanzada tecnología, yacimientos de cobre en el departamento de Metán. Mientras el Gobernador Urtubey despachó el tema con un par de frases lacónicas, los trabajadores de la empresa defienden el proyecto y critican a los poderes públicos

1. A escala planetaria, “Alexander Gold” es una de las primeras empresas mineras; por el volumen de sus negocios, por su capacidad para innovar, por la cantidad de los empleos que genera y por su despliegue territorial.Tiempo atrás, la empresa puso sus ojos en nuestra provincia, mas concretamente en pueblos con severos problemas de desarrollo como es el caso de Lumbreras y de Río Piedras, en el departamento de Metán.El manejo de una tecnología de avanzada que elimina el uso de cianuro para la recuperación del cobre, hacía a “Alexander Gold” en un inversor ideal para la Provincia de Salta en tanto disponía de los saberes y de los recursos para explotar rentablemente yacimientos de cobre situados en nuestro territorio.La empresa prometía crear 250 empleos estables y bien remunerados, invertir varios millones de dólares, y producir y comercializar un mineral que hoy importamos desde Chile.Un movimiento vecinal de Metán, movilizándose sin responder a organizaciones legalmente reconocidas, logró sumar voluntades y hacer vacilar a los gobiernos del municipio y de la Provincia. Enterado de la decisión de la compañía de cancelar el emprendimiento y abandonar Salta, el señor Gobernador de la Provincia despachó el tema con declaraciones lacónicas que llaman la atención por lo endeble de sus argumentos.2. Los empleados (inminentes desocupados) de “Alexander Gold” se han expresado en duros términos contra las autoridades locales. Por su interés, reproducimos aquí algunas de sus manifestaciones, no sin antes señalar que este sitio recogió antes las explicaciones dadas por el señor Urtubey: “El Secretario de Minería de la Provincia Ricardo Salas desde que asumió no tuvo la voluntad de visitar el proyecto (situado tan solo a una hora y media de su oficina en la ciudad de Salta) por lo menos para interiorizarse de las características del proceso. Además no fue capaz de expedirse sobre las observaciones realizadas con respecto al estudio de Impacto Ambiental dejando el manejo de un tema tan delicado en manos de sus empleados atemorizados y presionados por el movimiento de autoconvocados. “Le preguntamos al Sr. Gobernador de "Nuestra Provincia" ¿Conoce nuestro proyecto?, ¿Lo visitó alguna vez? ¿Con qué criterio técnico afirma usted que el mismo contamina? “De Usted no esperamos mucho porque sabemos que responde a órdenes directas del Gobierno Central y no creemos que vaya a definirse por nosotros, empleados de una actividad a la cual no considera prioritaria y de una empresa a la cual cataloga de contaminante sin conocimiento alguno”.3. Puede que el señor Urtubey tenga razón. Pero la envergadura de los intereses (económicos, territoriales y sociales) en juego exige un debate más amplio.La toma de decisiones razonadas y su pública explicación, forman parte de la “esencia de la democracia”. Las viejas (aunque en Salta no resulten tanto) fórmulas del “Ordeno y Mando” son impropias de los tiempos que vivimos. Pensamos que el Gobernador de la Provincia está obligado a concurrir a la Legislatura a fundamentar esta decisión, y todas las de esta envergadura. O, en el peor de los casos, a brindar a los medios de comunicación la oportunidad de conocer todos los argumentos que explican las medidas oficiales que llevaron a la empresa a cancelar su proyecto.El argumento de que las empresas deben cumplir con la ley local, al ser tan obvio y elemental, no alcanza para dar el carpetazo y sugerir a los vecinos que nos olvidemos del asunto.4. Algunos argentinos que en los años 70 se exiliaron en España, suelen recordar en sus aburridas tertulias la sorpresa que les supuso comprobar que los sindicatos españoles (socialistas y comunistas) celebraban alborozados el desembarco en Zaragoza de la empresa General Motors, la misma que el rudimentario “antiimperialismo” local había contribuido, poco tiempo atrás, a expulsar de la Argentina.


http://noticias.iruya.com/content/view/11088/

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