jueves, 23 de agosto de 2007

La minería, Sierra Pintada y el Plan Nuclear

Argentina reanudará la producción de uranio con la reapertura de la mina Don Otto, en Salta, diez años después de haber cesado la explotación del mineral que utiliza el sector nuclear. El de Salta es un yacimiento subterráneo pequeño, que entre 1964 y hasta su cierre, en 1982, produjo unas 400 toneladas de uranio concentrado. Esta reapertura se da en el marco de un convenio entre el gobierno de Salta y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y es un yacimiento con una vida útil de ocho años de explotación, con una producción de 30 toneladas anuales de uranio concentrado.La noticia evoca la situación de la minería en Mendoza, congelada por una ley reciente que prohíbe la exploración y explotación metalífera a cielo abierto con el uso de químicos. Y en particular, vuelve a poner en el análisis las pretensiones de la CNEA de reactivar el yacimiento de uranio en Sierra Pintada, San Rafael, de mucha mayor envergadura que el de Salta (en el sur mendocino pueden extraerse anualmente alrededor de 160 toneladas, contra las 30 del yacimiento salteño Don Otto). El gobierno nacional decidió ya sumarse a la carrera núcleo-eléctrica y anunció la reanudación de las obras de la tercera central nuclear, Atucha II (Brasil, tiene en construcción 2 centrales y acaba de licitar la 3ra). Se espera que la nueva central Atucha II entre en generación en el 2010 y se anticipó que durante el próximo mandato presidencial se licitará la construcción de otras 2 centrales, que se aspira poner en operaciones en los próximos 15 años. El funcionamiento de Embalse, Atucha I y Atucha II, demandará al país unas 200 toneladas anuales de concentrado de uranio, que actualmente se importa en su totalidad. Si se desarrolla el programa del Plan Nuclear anunciado, el país podría estar necesitando 400 toneladas anuales de uranio, en 15 años. Sierra Pintada, en San Rafael, el único yacimiento de mineral de uranio del país que llegó a producir 120-140 toneladas / año, se clausuró en 1998, porque resultaba más conveniente importar (en tiempos del 1 x 1), por las presiones ambientalistas y por la mala gestión de la CNEA en el tratamiento desaprensivo de las colas residuales del mineral, amontonadas en San Rafael y Malargüe. Cuando se clausuró Sierra Pintada, una libra de concentrado de uranio se vendía en el mercado mundial a 7 dólares. Actualmente se comercializa por encima de los 90 dólares y la tendencia marca un alza incontenible, a medida que crece la demanda mundial, incentivada por los graves problemas de la oferta eléctrica. Es que de 430 reactores nucleares que operan en el mundo, en menos de 10 años habrá 600. Apretados por la demanda de energía que genera la expansión, por la escasez y el costo de petróleo y gas; por la lenta reacción de las otras "alternativas" -bío, eólicas, solar- y por los problemas del recalentamiento, Europa, China (sobre todo), EEUU y Japón han puesto en proceso de construcción más de 200 centrales nucleares.El gobierno provincial, la Legislatura y las intendencias involucradas, no parecen dispuestos a reabrir en tiempos electorales el debate sobre la prohibición de la minería metalífera en general y tampoco han vuelto a considerar la posibilidad de la reapertura de Sierra Pintada, como sugiere el gobierno nacional, necesitado de combustible para el Plan Nuclear.La CNEA insiste con un plan de reanudación de la explotación, pero debe remediar los pasivos ambientales que dejó en San Rafael y en Malargüe: es la condición que le impuso el gobierno provincial. La CNEA, propone reanudar la explotación, simultáneamente con los trabajos de remediación. El gobierno local y las intendencias insisten en exigir primero la terminación del plan de remediación, que llevaría alrededor de 2 años. Los trabajos de remediación en las afueras de Malargüe andan por el 40% del programa total. En San Rafael, en cambio, la propuesta de arreglo de esos "pasivos" y la alternativa de la reapertura fue a audiencia pública, pero fracasó por la inexplicable ausencia de los responsables de la CNEA. La ministra de Economía de la provincia, Laura Montero, afirmó hace dos miércoles -al aportar detalles de la matriz energética regional- que es necesario debatir los alcances de la ley que prohibió en la provincia la actividad minera metalífera. Señaló la conveniencia de precisar el futuro de la minería en el desarrollo provincial. Aunque seguramente nada se hará antes de las elecciones. No obstante, cuanto antes debe continuarse el debate (interrumpido tras el fracaso de la última audiencia pública) respecto de si finalmente habrá o no reapertura del más grande de los yacimientos de uranio del país, Sierra Pintada; con qué condiciones; en qué plazos y cómo se inserta en esa decisión el plan de remediaciones. La minería en general y Sierra Pintada en particular, tienen gran implicancia económica y laboral para Mendoza y para el desarrollo nuclear del país, claramente limitado por los problemas de generación de electricidad.
http://www.losandes.com.ar/2007/0818/editorial/nota393367_1.htm

No hay comentarios: