miércoles, 14 de mayo de 2008

Oro para hoy...

Las exportaciones de la minería son impresionantes y las inversiones previstas para el año próximo alcanzan los 1500 millones de dólares. El crecimiento se explica por las subas en los precios internacionales del cobre y el oro. También por una legislación local de fuerte promoción, con exenciones y beneficios impositivos. El Estado se apropia de una porción muy minoritaria de la renta minera. Se trata de una actividad extractiva, altamente concentrada, con escaso derrame y que acumula denuncias por daños ambientales.

Por Claudio Scaletta
Los datos de las exportaciones realmente impresionan. De acuerdo a las cifras oficiales del Indec conocidas esta semana, las ventas del “complejo cobre” se multiplicaron por cinco entre el primer semestre de 2006 y el mismo de 2001 (399,4 por ciento). Con 897,8 millones de dólares exportados en sólo seis meses, el cobre pasó de representar del 1,3 al 4,1 por ciento de las exportaciones totales. Si se extiende el análisis al conjunto del complejo minero, el resultado es más contundente. De acuerdo con datos de la consultora IES, en los primeros ocho meses del año las exportaciones sectoriales alcanzaron los 1836 millones de dólares, valor que no sólo superó los 1232 millones de 2005, sino que prácticamente triplicó los 663 millones exportados durante los primeros dos tercios del año pasado. Las declaraciones de las empresas en Aduana hasta septiembre inclusive, a las que Cash tuvo acceso (ver tabla), muestran números aún más importantes. Las firmas mineras declararon en los primeros nueve meses de 2006 ventas al exterior por 1685,1 millones de dólares. De este total, el 80 por ciento, 1349,2 millones, fue declarado por una sola empresa: Minera Alumbrera Ltd., la firma que explota uno de los yacimientos de cobre y oro más grandes del mundo (ver aparte).
Estado
Si bien el crecimiento del último año se explica en buena medida por las subas en los precios internacionales del cobre y el oro, que en promedio rondan el 70 por ciento, sumadas a la entrada en producción de un gran yacimiento aurífero –el de Veladero inaugurado hace un año en la provincia de San Juan–, el auge actual de la minería no se vincula sólo a las buenas señales recientes de la demanda externa. Tampoco a la innegable riqueza de la geología local, donde todavía resta completar la prospección de alrededor del 60 por ciento del territorio, y donde siguen descubriéndose nuevas vetas. El rol preponderante en la expansión lo jugó primero la conducción del sector público a través de una legislación de fuerte promoción de la inversión y con una suma de exenciones y beneficios impositivos. Luego, la devaluación de 2002, que indujo un significativo abaratamiento de costos de producción.
Entre las ayudas más importantes de la normativa generada en los ‘90 y ratificada a través de diversos decretos después de 2001 se cuentan:
n La estabilidad fiscal por 30 años a partir de la presentación del estudio de factibilidad. Esto determinó, por ejemplo, que las actuales exportaciones mineras no estén alcanzadas, por las retenciones del 10 por ciento para el cobre y del 5 por ciento para el oro (bullón dorado) y que el Estado, en cualquiera de sus niveles, nada pueda hacer para incrementar su participación en la elevada renta sectorial. Si dentro de 15 años, por ejemplo, la Argentina cambia su sistema impositivo hacia uno más progresivo, deberá dejar afuera al sector minero.
Ganancias: El 100 por ciento de los gastos de prospección, exploración, y de todos los gastos atribuibles a inversión podrán deducirse de los pagos del impuesto a las Ganancias una vez iniciada la explotación.
Devolución del IVA sobre importaciones de bienes y servicios destinados a la inversión, las que también quedan exentas de cualquier derecho.
Tope máximo para las regalías provinciales del 3 por ciento del “costo del mineral en boca de mina”, o sea antes de cualquier transformación.
En otras palabras, la inversión minera se encuentra hoy más promovida que la petrolera tras las controvertidas reformas recientes.
Parte del león
Un informe de 2005 de la Unctad, la división de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, cuyo capítulo argentino fue realizado por un equipo de economistas dirigido por José Sbatella, reseñó la distribución de la renta petrolera y minera entre el Estado y las empresas. De acuerdo con la metodología del organismo internacional, la renta es la diferencia entre precios de venta y costos de producción, pero incluyendo en los costos una tasa de ganancia del 12 por ciento. Mientras que en el sector petrolero el Estado se apropió –vía retenciones, ganancias, regalías y otros impuestos– del 31 por ciento de la renta generada en 2004, en el sector minero la proporción desciende de manera notable.
En el caso del cobre, la renta total generada pasó de un promedio de 153,1 millones de dólares en los tres años previos a la devaluación (1999-2001) a 345,6 millones en los tres posteriores. La porción que correspondió al Estado se mantuvo en torno del 2 por ciento entre 1999 y 2003. A partir de 2004 las cosas comenzaron a cambiar. Luego de siete años de explotación, Minera Alumbrera Ltd. completó la amortización de su inversión en Bajo de la Alumbrera y comenzó a pagar Ganancias. También una porción de sus beneficios a su socia YMAD. En consecuencia, la participación estatal saltó al 15,7 por ciento.
En el caso del sector aurífero, la participación del Estado fue del 4,8 por ciento en los tres primeros años y del 16,3 en los últimos tres, aunque sin restar los reintegros a la exportación por puerto patagónico que recibe Cerro Vanguardia (cuya producción sale por Puerto San Julián, en Santa Cruz). Aquí también el salto en la participación del Estado respondió al pago de Ganancias iniciado por Minera Alumbrera Ltd., y se espera que la situación mejore aún más cuando se sume a este tributo Cerro Vanguardia.
Vista la participación del Estado local desde la perspectiva internacional, un estudio del IEFE, el Instituto de Estudios Fiscales y Económicos, determinó que la carga fiscal de la actividad minera se encuentra en la Argentina 6 puntos por debajo del promedio de Latinoamérica y 20 puntos por debajo de países como Canadá y Australia. Para el Mining Journal, una publicación que compendia las perspectivas del mercado minero mundial, la Argentina se encuentra en el segundo puesto del ranking global de oportunidades de inversión. De acuerdo a datos de la consultora IES, entre 2002 y 2004 las inversiones mineras crecieron un 300 por ciento. Un informe de la Secretaría de Minería sostuvo que en 2005 se invirtieron unos 600 millones de dólares en unos 80 proyectos, casi todos extranjeros. Un dato clave para invertir en la economía local es que las empresas no están obligadas a liquidar en el país las divisas de exportación, el destino mayoritario de la producción.
El futuro
Dadas las mejores perspectivas de la demanda mundial y las condiciones de la economía local, fuentes de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros dijeron a Cash que sólo durante 2006 las inversiones podrían doblar ampliamente las del año anterior y alcanzar los 1500 millones de dólares, lo que permite prever que la actividad seguirá expandiéndose a gran velocidad. Las mismas fuentes aseguraron que el empleo generado por el sector podría llegar a cerca de los 29 mil puestos de trabajo directo.
¿Cómo se compatibiliza ese número con los 1800 empleos que declara la principal empresa del sector? –preguntó este suplemento.
–Usted sabe que en la minería siempre hubo mucho empleo en negro –ensayó el empresario antes de pedir que lo conversado quede off the record.
Las fuentes sectoriales también estiman que el volumen de la producción podría crecer a una tasa del 12 por ciento anual y que el contexto internacional seguirá ayudando. La razón tendencial que explica la suba de los precios de los minerales es la misma que la del resto de los principales commodities exportados por la Argentina: la revolución industrial asiática, con China a la cabeza.
Hasta ahora la percepción general era que la economía local se insertaba en el mundo exportando básicamente productos de origen agropecuario (con mayor o menor grado de elaboración) e hidrocarburos. De hecho, ninguna productora de Manufacturas de Origen Industrial figura en el ranking de las principales exportadoras. La noticia es que ahora se sumó a la fiesta de ventas al exterior un nuevo rubro estrella: la minería, en particular la de cobre y oro, con importantes inversiones que no dejarán de derramar, mientras se lleven adelante, sobre el conjunto de la economía. Pero también la noticia es que vuelve a tratarse de una actividad extractiva, altamente concentrada –el ranking de exportaciones es por demás elocuente–, con escaso derrame y efecto multiplicador en el mediano y largo plazo, con bajísima participación del Estado en la renta generada y que, adicionalmente, acumula denuncias por daños ambientales (ver aparte). Más allá de cualquier debate, la conclusión más clara es que por el nivel de inversiones y proyecciones de exportaciones, los cambios producidos en el sector recién comienzan a vislumbrarse.

REPLICA DE MINERA DE ALUMBRERA
JULIAN ROONEYVicepresidente de Xstrata Copper
“Los aumentos interanuales que muestran las exportaciones se deben principalmente a las subas en los precios internacionales. A fin de año no prevemos que haya aumentos de los volúmenes producidos. Por sus características la minería trabaja al máximo de su capacidad. Las perspectivas de la minería en la Argentina son muy buenas. Basta imaginar el efecto de cuatro o cinco exportadoras como la nuestra sobre el conjunto del empleo. Nuestro factor multiplicador es de nueve. Por cada puesto de trabajo directo se generan nueve indirectos. Además generamos empleo en zonas alejadas, por lo que se trata de una actividad de alto impacto socioeconómico. Para este año prevemos inversiones por más de 30 millones de dólares.Minera Alumbrera pagó millones de pesos de impuesto a las ganancias y constituye el 70 por ciento de la recaudación de la provincia de Catamarca. Las denuncias sobre efectos ambientales adversos son poco serias. Nosotros cotizamos en las principales bolsas del mundo, como la de Londres y la Sydney, lo que nos obliga a respetar no solo las normas ambientales argentinas, sino también las de estos países. Ningún monitoreo ha podido demostrar incumplimientos. El rebombeo de agua del Vis Vis al dique de colas estaba previsto y contemplado en el informe ambiental. El sulfato que actualmente se encuentra en el agua es preexistente y además no es contaminante. En el peor de los casos es un laxante. En Campo del Arenal tenemos un modelo hidráulico que no muestra que exista ninguna afectación”.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-2668-2006-10-23.html

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